Capitulo 5.2: La Paz y el Altiplano

(continúa)

Al día siguiente de la visita a Tiwanaco fuimos a ver la otra gran atracción turística del altiplano: el lago Titikaka

El lago es una depresión enorme que se fue llenando del agua de los rios de alrededor, decir que es enorme es poco. Es (creo) el tercer lago más grande del mundo después del lago Victoria y el Mar Muerto y es el más alto (está a casi 4000m sobre el nivel del mar).

Para llegar al lago tomamos otro de esos infames minibuses, pero esta vez me aseguré de que nos subiéramos en el correcto. El camino es bastante tranquilo y el lago empieza a verse desde bastante lejos, lo cual da una idea de lo INMENSO que es. El estrecho más angosto está en la localidad de Tiquina, donde nos paramos a almorzar y donde tuvimos nuestro primer contacto con el Titikaka. Comimos truchas del lago con arroz.

Después de comer seguimos rumbo a otra ciudad costera del lago llamada Copacabana, tuvimos que bajarnos del autobús para que lo cruzaran a la otra horilla en un pontón. Nosotros cruzamos en una barquita fueraborda. El camino a Copacabana tiene un paisaje espectacular y la carretera era inesperadamente buena (en Bolivia le llaman carretera a cualquier senda de mala muerte que no esté devorada por la vegetación, pero esta tenía asfalto y hasta rayas).

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Una vez en el pueblo, y antes de acercarnos al lago fuimos al santuario de la Virgen de Copacabana. Mi familia boliviana es bastante devota, aunque cada cual de lo suyo. Cumplidos con la virgencita, fuimos a la orilla.

Copacabana es una población que vive del turismo, así que hay turistas por todos lados, había muy buen ambiete y muchos restaurantes, hoteles y tiendas de artesanía. Echamos un rato bueno hasta que llegamos al agua. Hacía mucho pero que mucho frio y la vista es abrumadoramente hermosa.

Dimos un paseito por la orilla y un señor nos ofreción dar una vuelta por el agua a un precio bastante razonable así que subimos al bote que nos señaló. Era una embarcación cerrada pero tenía una barandilla en el techo así que mi hermana y yo nos subimos arriba a sacar fotos. El patrón nos contó algunas curiosidades del lago, como la Piedra del Sapo (dicen que esa piedra es mágica y la gente le tira botellas para tener buena suerte), la leyenda de que en el fondo del lago habita una especie de ranas gigantes, o la de un templo Inca sumergido (una especie de Atlantida andina). Estuvimos casi 45 minutos dando vueltas, fue muy entretenido.

Después de eso empezó a hacerse de noche y decidimos regresar. En el pueblo tomamos otro minibus de vuelta a La Paz. El viaje de vuelta fue otra aventura porque saliendo de Tiquina nos pilló tormenta, primero con aparato electrico (la vista era una pasada, pero ninguna foto salió bien) y luego con lluvia torrencial. Con la lluvia nos dimos cuenta de que el minibus no llevaba limpiaparabrisas, pero al chofer le daba igual, corría que se las pelaba y hacía caso omiso a los gritos del pasaje pidiendole que se parara o que fuera más despacio. Varios vehículos pasaron por nuestro lado sonando el claxon, ibamos con el corazón en un puño. Me juré a mi mismo que si no nos matabamos por el camino, al llegar a La Paz mataría yo a ese irresponsable. Llegamos sanos y salvos a la ciudad, pero el chofer consiguió huir.

Teníamos pensado irnos al día siguiente de ir al lago, pero estabamos cansados de tanto viaje para meternos de nuevo en un autobús, así que decidimos quedarnos un día más y visitar la ciudad.

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La Paz es curiosa porque no hay una sola calle que no esté en pendiente. Ni una. Además la ciudad entera parece un mercado, hay vendedores ambulantes en casi todas partes y se puede conseguir casi cualquier cosa. Donde menos te lo esperas hay carros con ropa, sacos de especias, carne o articulos para santería y sahumerios (muchos vendían fetos de llama momificados [foto ADVERTENCIA es un poco desagradable] le pregunté a mi madre y me contó que la gente se los lleva a los santeros como pago de un servicio, no quise saber lo que hacen los santeros con ellos).

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Una consecuencia de que la ciudad esté en un valle volcánico es que desde el centro se ve la ciudad elevandose todo alrededor, y de noche, con las luces encendidas hacen un efecto muy bonito. Tengo entendido además, que la vida nocturna de La Paz es una de las más variadas e interesantes de Bolivia, pero eso como que me da igual.

Además, la Paz es la única ciudad de Bolivia donde se juega a Magic (ADVERTENCIA si no conoces o no te interesa el juego, puedes saltarte todo el parrafo). Por la página de Wizards sabía del nombre de un club de Magic de La Paz llamado Oz, y resultó estar muy cerca de la casa de mi tía (era el destino) y me acerqué por allí a ver que tal. El club estaba muy bien, tenían tablones con novedades de wizards, con las clasificación de la DCI local y esas cosas. En las mesas de juego había tapetes tipo Pro Tour y la gente con la que hablé era muy maja. Me enamoré de la chica que me atendió, que era el colmo de la amabilidad. Me compré dos sobres, como no había de ninguna expansión de Ravnica, compré uno de Traidores y otro de Quinto Amanecer. No me salió nada especialemente bueno, la rara de Traidores era Invertir la Lealtad y la de 5ºAmanecer Cambio Espectral.

Al día siguiente, como despedida, los amigos de mi primo Mario nos hicieron un agasajo a mí y a mi hermana. Prepararon una parrillada espectacular. Por desgracia la batería de mi camara se murió en Oz, así que no tengo fotos de los 9 kilos de carne argentina, chorizos criollos y menudos, aderezados con un cubo de chimichurri y un barreño de ensalada, que nos metimos entre pecho y espalda. La traca final fueron tres cestillos (24 botellas) de cerveza huari (una variedad boliviana especialmente alcohólica), pero ahí ya no participé.

Después de dormir la parrillada, hicimos las maletas, nos despedimos de la familia y volvimos a Sta Cruz. 18 horas más de viaje, pero contentos de volver al oriente.

Espero que no se os haya echo muy largo, regreso a España pronto y aún queda bastante que contar. Escribiré lo que pueda. Un saludo y hasta la próxima.

Capitulo 5.1: La Paz y el altiplano andino

Tres días después de llegar de Concepción ya nos estabamos yendo a La Paz ¡qué mes!

Este viaje estaba planteado desde 2004. En La Paz vive mi tia Simona, hermana de mi madre; hace como 10 años que no se ven y mi madre estaba deseando ir a visitarla. La acompañamos mi hermana Roxana y yo.

La Paz es la capital oficiosa de Bolivia (la capital oficial es Sucre) y la segunda ciudad más grande del pais. Se encuentra en un valle volcánico de la cordillera andina, a más de 3800m de altitud, y cerca de la frontera con Perú. Para llegar hasta allí afrontamos un viaje de más de 15 horas por tierra (en avión se tarda media hora, pero no nos llegaba el presupuesto).

1ª Parte: atravesando el pais

La manera más comoda de hacer un viaje tan largo por carretera es un bus cama. La gente que no tiene mucho dinero se va en autobuses normales o incluso en camiones cerrados, sentados en el suelo (que valor). El nuestro salía de noche, de manera que pasamos la mayor parte del trayecto durmiendo. Lo primero que hacen todos los pasajeros cuando suben a la flota es quitarse los zapatos: tantas horas sentado hacen que la circulación de las piernas se resienta y los pies se te hinchan dolorosamente. El asistente de viaje decidió contribuir a nuestro dolor con una pelicula espantosamente mala.

Despertamos a las 6 de la mañana y ya habíamos llegado a la región altiplánica. Paramos para desayunar en una población llamada Caracollo. El choque cultural empezó allí, porque la gente del altiplano no desayuna café, té, bollería ni nada parecido, toman una comida completa. Así que desayunamos lo único que encontramos en el pueblo: un plato de sopa de carne de cerdo con maiz y perejil, picante y muy buena pero que nos sentó como una patada en el higado.

Antes de continuar me parece oportuno explicar un poco la situación sociológica boliviana: en Bolivia la población se divide en dos grupos étnicos muy diferentes, los cambas (habitantes del valle oriental, descendientes del mestizaje criollo con los colonizadores españoles. Mi madre es camba) y los collas (que viven en el altiplano andino y son indigenas casi puros). Las dos razas mantienen una rivalidad muy dura que proviene de la época de la colonia. Durante el último siglo, las dificiles condiciones de vida de Los Andes han provocado que una gran parte del campesinado colla haya migrado a los valles en busca de una mejor vida. Lo que podría haber generado una diaspora interesantisima y un acercamiento de las dos etnias casi deriva en guerra civil porque los grupos campesinos collas ocuparon terrenos orientales por la fuerza, expulsando a los habitantes e incendiando reservas forestales y parques naturales. Durante los años 80 y 90 la situación se calmó pero los conflictos han vuelto a empeorar con la subida a la presidencia en 2006 de Evo Morales, sindicalista indigena.

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Basta de politica y a lo nuestro. Desde Caracollo a La Paz estuvimos "solo" cuatro horas más en la carretera. El paisaje del altiplano hace honor a su nombre: llano y muy frio. Las pocas poblaciones que atravesamos parecían medio desiertas y la pobreza era patente. En la ciudad de El Alto, en las inmediaciones de La Paz pude tomar esta imagen tan sui generis de dos indigenas andinos. Entrando a La Paz desde El Alto el valle volcánico se ve perfectamente y la perspectiva es espectacular.

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En la terminal de autobuses nos recogió mi primo Mario acompañado de mi tia Simona. Yo pensaba que su reencuentro con mi madre sería muy emotivo pero estaban muy tranquilas las dos.

2ª Parte: malentendidos y monolitos de piedra

Al dia siguiente de llegar a La Paz empezamos las visitas turísticas obligatorias: la primera parada serían las ruinas incas de Tiwanaco.

Ya que son un reclamo turístico importante, el acceso a las ruinas es muy sencillo. Del centro de La Paz salen minibuses cada hora, todas las mañanas, que te llevan hasta Tiwanaco. A las 9 de la mañana tomamos el que creíamos que era uno de esos minibuses rumbo a Tiwanaco. Digo "creiamos" porque me equivoqué al comprar los billetes y en realidad subimos a uno que iba a la población de Desaguadero, en la frontera con Perú. Nos dimos cuenta una hora y media más tarde cuando, al acercarnos al cartel que indicaba la entrada al complejo de las ruinas, el minibus pasó de largo en lugar de entrar. Mi madre y mi tia iban durmiendo, pero mi hermana y yo empezamos a gritarle al chofer, quien, tambien gritando, nos explicó el malentendido. Entonces comprendimos porqué eramos los únicos pasajeros de la flota con pinta de turistas.

Con una amabilidad inexplicable después de todos los improperios que le gritamos, el chofer habló por radio y nos resolvió el regreso hasta Tiwanaco con un colega, gratuitamente. Llegamos al sitio solo una hora más tarde de lo previsto.

La visita completa a Tiwanaco cuesta la módica cantidad de 10 Bs para los ciudadanos bolivianos y 10$ para los extranjeros (casi 8 veces más). Me hice el loco descaradamente para no enseñar mi DNI y poder pagar la tarifa nacional. Antes de ver las ruinas visitamos los museos del complejo. Fue adecuado, porque los guías te explicaban toda la simbología inca y te introducían en el modo de vida de los habitantes de Tiwanaco. Al más puro estilo europeo, estaba terminantemente prohibido sacar fotos en los museos.

De ahí fuimos a comer y por la tarde visitamos las ruinas. Las grandes atracciones son el templo de Kalasasaya y sobre todo la Inti Punku (Puerta del sol). La puerta está orientada de tal forma que en el solsticio de verano (24 de junio) el sol del ocaso pasa justo por el centro del pórtico. Por lo visto es bastante impresionante y mucha gente va a verlo. Yo personalmente esperaba que la puerta fuera más grande. Aún así me gustó mucho la visita.






Como veo que me estoy estirando mucho, voy a partir el articulo por la mitad. En la tercera y cuarta parte os contaré el viaje al Lago Titikaka y alguna cosilla más de la ciudad de La Paz. Hasta pronto!

Capitulo 4: Concepción y la Chiquitanía

Mi viaje a La Paz ha tenido que posponerse unos cuantos días, así que para matar el gusanillo viajero este fin de semana me he ido a visitar el pueblo de Concepción, la capital oficosa de la región boliviana llamada Chiquitos.


Concepción es un asentamiento jesuita de la época de la colonia. Tiene una iglesia barroca de un estilo muy particular y es un destino de vacaciones muy habitual para los cruceños. Está a unos 350km de Santa Cruz y la única manera de llegar es por carretera.

Nosotros decidimos irnos en autobús. En Bolivia, a los autobuses de ruta les llaman "flotas". Nuestra flota salía del mercado de Los Pozos. Son vehiculos muy antiguos y tienen que llevar el equipaje atado en el techo. Abordamos una flota repleta de gente y bartulos a las cinco de la tarde del sábado.

El estado de las carreteras es muy malo así que el viaje se hace bastante largo: unas seis horas para recorrer 350km. Por suerte es bastante entretenido, hay que cruzar varias postas (barreras de peaje) y alrededor de las mismas se han formado pequeños pueblitos que viven del comercio con los vehiculos de paso. Cuando el autobús se detiene, un ejercito de vendedores se acerca a las ventanas para vender cosas a los viajeros. Se puede comprar practicamente cualquier cosa: refrescos, horneados, galletas, fruta y toda clase de cosas para comer; tarjetas de telefono, ropa... En la posta de Puerto Pailas nosotros compramos cuñapes y café.

Lo malo es que en la posta tuvimos que hacer una cola espantosa y se nos hizo de noche. Inmediatamente después de Puerto Pailas hay que pasar por un puente para cruzar el rio Pailon. El puente tiene el suelo de tablas y pasar a oscuras oyendo el crujido de los tablones es bastante siniestro. En las fotos que saqué cruzando el puente salieron fantasmas.

El resto del camino lo hicimos de noche. Había media luna pero el cielo estaba tan limpio que clareaba bastante, pero no lo suficiente como para poder sacar fotos. En ruta hicimos varias paradas para dejar pasajeros. Como las carreteras no tienen iluminación ni señalización, me daba la impresión de que los dejabamos en medio de la nada.

A las once de la noche llegamos por fín a Concepción. Ninguno de los que ibamos conocíamos el pueblo así que encontrar alojamiento fue dificil. Todos los hostales que encontramos estaban completos, por suerte llevabamos tiendas de campaña y el amable propietario de un hostal nos dejó acampar en su jardín. Para celebrar la llegada, fuimos a buscar algo de cenar. Como era muy tarde ya no había nada abierto, pero encontramos una señora que vendía anticuchos en la plaza del pueblo. Yo me comí 6.

De regreso al campamento, uno de los chicos que venía con nosotros sacó una botella inmensa de ron y tomamos unos tragos. Aquí se desgració el fin de semana.

Yo no bebo mucho, así que después de un vaso de cortesía me retiré discretamente. Ellos siguieron bebiendo hasta que quedaron estúpidamente borrachos. Obviamente a la mañana siguiente eran unos cuerpos inanimados e inutiles, llevarlos de vuelta a las tiendas de campaña fue una odisea. Con ellos en ese estado no podíamos ir a ningún sitio y nos perdimos muchas de las visitas interesantes de Concepción. No se me pasó el cabreo hasta que volvimos a Santa Cruz. Os contaré lo que si vimos.

Iglesia

La iglesia! Mi hermana Aixa me contó que es muy bonita y lo es, es muy diferente a los templos europeos y está completamente restaurada. Toda la fachada exterior está cubierta de frescos dorados y tiene un patio de columnas en el interior precioso. Cuando fuimos por la mañana estaban en misa porque era domingo, pero volvimos por la noche y le saqué fotos al retablo chiquitano del altar mayor. El retablo actual es una reproducción, el original fue expoliado a principios del siglo XX.

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En la cruz del patio central había un pajaro hornero okupa.

En esta iglesia hacen conciertos de música barroca con instrumentos de época pero no había nada programado para la fecha en la que estuvimos, mala suerte.

Concepción tiene una plaza central con arboles y en algunos de ellos viven perezosos. Volviendo de la iglesia vimos un grupo de niños jugando con uno de los animalitos. Se lo quitamos indignados y lo devolvimos a su arbol. Estoy seguro de que si el pobre bicho hubiera podido hablar nos habría dado las gracias.

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Por la tarde, cuando logramos que los muchachos recuperaran un poco de motricidad y después de comer fuimos a la represa del Rio Chankas, que es la razón principal por la que los cruceños vienen a Concepción a pasar las vacaciones. Puedes llevar tu coche a la represa y armar tu parrilla para echar el día. Y lo mejor, puedes bañarte en el agua. El paisaje es espectacular y el agua fría le quitó la resaca a nuestros borrachines. Había gente con motos de agua, con música... y en una de las parrillas había un pobre tatú (saben a pollo seco).

El viaje de vuelta al pueblo lo hicimos en un mototaxi, que no es otra cosa que un compadrito en moto que te lleva de paquete donde le pidas. No hay fotos de esto porque corren que se las pelan y era imposible sacar la camara.

Por la noche dimos una vuelta, comimos unos helados y nos fuimos directamente a dormir
porque nuestra flota salía a las 7 de la mañana.

El regreso lo hicimos en una flota bastante mejor que la de partida (al menos no parecía salida de una pelicula de Alfredo Landa). Como hicimos el viaje de día, pudimos ver todo el paisaje que nos perdimos a la ida. Me sorprendió ver que una buena parte de la provincia de Chiquitos son campos de girasoles hasta donde se pierde la vista (perdón por la foto borrosa pero es que el autobús temblaba mucho). Cruzamos rios preciosos.

En el cruce del rio Pailón saqué mejores fotos del puente y del rio. Había una tormenta de arena y el paisaje parecía sacado de otro mundo, no se veía el horizonte. Durante todo el cruce no pude evitar acordarme de todo lo que me enseñaron en clase de Diseño de Estructuras.

El señor chofer "amenizó" la última parte del viaje con una pelicula de Jackie Chan francamente horripilante llamada "Twin Dragons".

Llegamos a la terminal bimodal de Santa Cruz en el tiempo record de cinco horas y casi cuarenta y cinco minutos. Una vez en casa mi sobrina Marcela y mi hermana Roxana me echaron una bronca (u_u!) por todo lo que nos perdimos de Concepción. Espero que mi proxima visita sea mejor, pienso boicotear las reservas de alcohol de mis compañeros de viaje.

El jueves (pasado mañana) me voy una semana a conocer La Paz y Sucre. Más crónicas de viajes a la vuelta. Un saludo a todos!!

Capitulo 3: El dia de la Amistad

En Bolivia el 23 de Julio es festivo, se celebra el Dia de la Amistad (sé que suena como el Día del Amor de Los Simpson, pero es una fiesta verídica)

Es una costumbre que los escolares intercambien tarjetas de felicitación con sus compañeros y sus vecinos (el tamaño de la tarjeta suele ser un indicador de la cantidad de amistad entre los intercambiadores, aunque independientemente del tamaño todas son espectacularmente cursis). Los adolescentes y los adultos suelen quedar para hacer un junte, con los planes más diversos.

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El último año que estuve en Santa Cruz fuimos a bailar a casa de una amiga. Como la edad ya pesa, este año nos hemos juntado en mi casa para hacer una choriceada y ver la final de Miss Universo (los concursos de belleza son un deporte nacional en Bolivia, y teníamos una candidata entre las diez finalistas). Fue tranquilo y entretenido.

La próxima semana quizá nos vayamos de viaje a La Paz para hacer un poco de turismo y visitar a una tía que vive allí. Si se realiza, habrá muchas historias y muchas fotos nuevas. Hasta otra!

Capitulo 2: Santa Cruz

Quiero aprovechar esta entrada para, por un lado, hacer crónica de mis primeros 15 dias en casa y, por otro, para presentar un poco mi ciudad natal: Santa Cruz de la Sierra.


Santa Cruz es la capital del departamento homónimo. Económicamente es la ciudad más importante de Bolivia y la de mayor crecimiento. Actualmente tiene casi 1500000 habitantes.

La ciudad ha crecido desde el centro histórico en anillos concentricos. Mi casa se encuentra precisamente sobre el 4º anillo de circunvalación, en el barrio de Hamacas. Cuando yo era pequeño esto era un páramo en el límite de la ciudad, ahora es un barrio residencial. En esta zona las calles son anchas, pavimentadas y tranquilas. En las avenidas principales hay grandes canales para prevenir las inundaciones.


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En el centro de la ciudad está la plaza 24 de Septiembre, junto a la catedral. Alrededor de la plaza hay cafeterias y centros comerciales. Precisamente en los alrededores de la 24 una de mis sobrinas ha abierto una cafetería, donde le echo una mano algunas tardes.

Vivir en Sta Cruz es muy barato para el poder adquisitivo europeo, aunque en los ultimos años la diferencia ha disminuido. El sabado pasado salí con mi sobrina Sonia y otros amigos a cenar y dar una vuelta. Comer una milanesa con guarnición y tomar unas copas me costó unos 60 pesos bolivianos, que al cambio son unos 7,50 €.

Tengo pensadas un par de entradas sobre gastronomía y vida social de Sta.Cruz, donde os contaré más cosillas, así que para que no se haga muy largo lo dejo aquí de momento. Hasta pronto!

Capitulo 1: El viaje

Un viaje que se presume va a ser largo suele acabar siendo MUY LARGO.

En mi caso, el viaje no empieza con el avión en Madrid sino mucho antes, en Jaén. Mi padre se ofreció a llevarme a Madrid al aeropuerto pero le dije que prefería irme yo solo en tren. Feliz idea.

1ª Parte: Jaén - Madrid


Con el equipaje terminado, la mochila lista y la batería del portatil cargada partimos raudos a la estación de tren. El viaje fue muy agradable, aunque mi vagón se balanceaba mucho. Estuve durmiendo hasta Linares, donde se subieron dos chicas brasileñas, madre e hija que iban a Madrid a operar a la niña en la nariz (?). Venían con un bebé que nos hizo muy ameno el viaje, aunque no paró de dar la lata era muy simpático.

Mi maleta estuvo basculando peligrosamente sobre sus cabezas todo el trayecto. No me atreví a decirles nada.

Salí a las 15:40 de Jaén. Cuatro horas más tarde llegué a la estación de Atocha, Madrid.


2ª Parte: Llegar al aeropuerto

Normalmente, llegar desde Atocha hasta Barajas es muy fácil en Metro: coges la circular hasta Nuevos Ministerios y desde ahí, línea 8 al aeropuerto. Simple y sencillo.

Pero este año, el señor Gallardón se ha propuesto putear a todo Dios con obras en media red de Metro. Os voy a ahorrar los detalles de los cambios de linea y estación, pero puedo asegurar que fue un INFIERNO llegar al aeropuerto. Las estaciones estaban abarrotadas (por no hablar de los vagones) y en muchas no funcionaban las escaleras mecánicas así que tuve que mover la maleta a pulso. Mi espalda era una piscina olímpica al final de la tarde.

El único detalle memorable del viaje en Metro fue que tuve que coger la linea 4 y pude escuchar el famoso "próxima estación: Esperanza" en directo. Esperanza precisamente era lo que me hacía falta en ese momento.

Llegué a Madrid a las 19:30, más o menos. Tardé nada más y nada menos que 1 hora y media en llegar a la estación de metro del aeropuerto. Mi vuelo embarcaba a las 22:25, así q tenia el tiempo bastante justo para facturar y buscar la puerta de embarque.

Me dio por mirar el billete. Mierda, no sabía en qué terminal tenía que facturar.


3ª Parte: Aviones, soldat y jugadores de lacrosse

El intercambiador de terminales del aeropuerto de Barajas es como una especie de laberinto de pasillos con cintas móviles que llevan de unas teminales a otras. En los cruces de pasillos hay unos mostradores donde te informan de la terminal exacta de donde salen los vuelos, porque es verdaderamente fácil liarse.

Mi objetivo era uno de esos mostradores. Un kilometro de cintas móviles más tarde logré localizar uno. Me llevó por lo menos otro kilometro de cintas móviles llegar a la terminal.

Para mi suerte no tuve que hacer cola en el mostrador de facturación y me atendieron enseguida. Mi maleta pesó exactamente 19.5 kg en la bascula. Pesaba, literalmente, como un niño muerto.

Libre de mi cadaver me fui a la zona de embarque, que es donde están todas las tiendas libres de impuestos. En el arco de detección de metales marqué un nuevo record, solo pitaron la hebilla de mi cinturon y los dilatadores de las orejas. Eran las 22:00

El rato hasta embarcar lo pasé leyendo en la cola. Una vez en el avión le eché un ojo a las azafatas, las de Aerolineas Argentinas son bastante bonitas, aunque ninguna me dejó sacarle una foto (la anterior la saqué de estrangis). Me tocó un asiento que no me gusta nada, el central de la fila de tres. A un lado tenía a una chica rubísima. El ocupante del otro lado jamás se presentó, por suerte.

Salimos con una hora de retraso porque tuvimos que esperar a los jugadores de la selección inglesa de lacrosse que tenían que jugar el mundial, que se está celebrando en Argentina en este instante. En el avión hacía mucho calor y cuando llegaron les miramos mal.

La rubia resultó ser paraguaya y auditora fiscal, nunca me dejó que le sacara una foto. Pegamos la hebra en la cena y nos tiramos el resto del vuelo hablando de comida. En cuanto apagaron las luces, ella se durmió y yo planté el portatil y me eché un Soldat. Jugar a 10000m de altura es una sensación espectacular. No tengo fotos porque tenía las dos manos ocupadas intentando que Boogie Man no me matara. Después del Soldat, me pasé el resto del viaje durmiendo.

Aterrizamos en Buenos Aires y tenía por delante 3 horas antes de que saliera el enlace a Sta Cruz. Probé a conectarme al wifi del aeropuerto pero me saltaba una ventana con las tarifas y no me apetecía pagar. Me tomé un capuchino y un alfajor en la cafeteria del aeropuerto por los que me clavaron casi 8€ y con el cambio llamé a Bolivia para avisar del retraso.

Descubrí que los asientos del aeropuerto de Buenos Aires son trampas para niños.

El vuelo a Sta Cruz duró tres horas y fue bastante tranquilo. Nos sirvieron un bocadillo de bondiola con queso realmente bueno y me dio tiempo a terminar el libro. Me encantó el nombre del piloto: comandante Colombo, y me rayé con la tripulante que daba los anuncios por altavoz porque cuando hablaba en español tenía acento argentino y cuando hablaba en inglés tenía acento francés.


Epilogo

No han perdido mi maleta esta vez, y "solo" tardé una hora en pasar por inmigración. Estaba demasiado emocionado como para sacar fotos cuando mi hermano recogió la maleta del carro y nos fuimos para casa.

Espero que no se os haya hecho muy largo, dentro de un par de días os cuento más cosas. Chao!

Tierra

Cuando me encontraba preso
en el fondo de una celda
yo te ví por vez primera
en una fotografía
en que apareces entera
aunque no estabas desnuda
sino cubierta de nubes... Tierra

Así vivo yo embrujado
por es chiquilla, Tierra.
Signo de elemento, tierra
y en el mar, tierra a la vista
tierra para el pie Firmeza
para la mano Caricia,
tras el astro que te guía... Tierra

Donde no hay tiempo ni espacio
solo nos queda el coraje
de mantener tu cariño
mientras dure nuestro viaje
por encima del vacío
a través del cual nos llevas
en el nombre de tu carne... Tierra

Santiago Auseron

Pronto el desorden invadirá este rincón...