Capitulo 5.1: La Paz y el altiplano andino
Published by Ghaneroth on lunes, agosto 21, 2006 en 8:54 p. m.Tres días después de llegar de Concepción ya nos estabamos yendo a La Paz ¡qué mes!
Este viaje estaba planteado desde 2004. En La Paz vive mi tia Simona, hermana de mi madre; hace como 10 años que no se ven y mi madre estaba deseando ir a visitarla. La acompañamos mi hermana Roxana y yo.
La Paz es la capital oficiosa de Bolivia (la capital oficial es Sucre) y la segunda ciudad más grande del pais. Se encuentra en un valle volcánico de la cordillera andina, a más de 3800m de altitud, y cerca de la frontera con Perú. Para llegar hasta allí afrontamos un viaje de más de 15 horas por tierra (en avión se tarda media hora, pero no nos llegaba el presupuesto).
1ª Parte: atravesando el pais
La manera más comoda de hacer un viaje tan largo por carretera es un bus cama. La gente que no tiene mucho dinero se va en autobuses normales o incluso en camiones cerrados, sentados en el suelo (que valor). El nuestro salía de noche, de manera que pasamos la mayor parte del trayecto durmiendo. Lo primero que hacen todos los pasajeros cuando suben a la flota es quitarse los zapatos: tantas horas sentado hacen que la circulación de las piernas se resienta y los pies se te hinchan dolorosamente. El asistente de viaje decidió contribuir a nuestro dolor con una pelicula espantosamente mala.
Despertamos a las 6 de la mañana y ya habíamos llegado a la región altiplánica. Paramos para desayunar en una población llamada Caracollo. El choque cultural empezó allí, porque la gente del altiplano no desayuna café, té, bollería ni nada parecido, toman una comida completa. Así que desayunamos lo único que encontramos en el pueblo: un plato de sopa de carne de cerdo con maiz y perejil, picante y muy buena pero que nos sentó como una patada en el higado.
Antes de continuar me parece oportuno explicar un poco la situación sociológica boliviana: en Bolivia la población se divide en dos grupos étnicos muy diferentes, los cambas (habitantes del valle oriental, descendientes del mestizaje criollo con los colonizadores españoles. Mi madre es camba) y los collas (que viven en el altiplano andino y son indigenas casi puros). Las dos razas mantienen una rivalidad muy dura que proviene de la época de la colonia. Durante el último siglo, las dificiles condiciones de vida de Los Andes han provocado que una gran parte del campesinado colla haya migrado a los valles en busca de una mejor vida. Lo que podría haber generado una diaspora interesantisima y un acercamiento de las dos etnias casi deriva en guerra civil porque los grupos campesinos collas ocuparon terrenos orientales por la fuerza, expulsando a los habitantes e incendiando reservas forestales y parques naturales. Durante los años 80 y 90 la situación se calmó pero los conflictos han vuelto a empeorar con la subida a la presidencia en 2006 de Evo Morales, sindicalista indigena.
Basta de politica y a lo nuestro. Desde Caracollo a La Paz estuvimos "solo" cuatro horas más en la carretera. El paisaje del altiplano hace honor a su nombre: llano y muy frio. Las pocas poblaciones que atravesamos parecían medio desiertas y la pobreza era patente. En la ciudad de El Alto, en las inmediaciones de La Paz pude tomar esta imagen tan sui generis de dos indigenas andinos. Entrando a La Paz desde El Alto el valle volcánico se ve perfectamente y la perspectiva es espectacular.
En la terminal de autobuses nos recogió mi primo Mario acompañado de mi tia Simona. Yo pensaba que su reencuentro con mi madre sería muy emotivo pero estaban muy tranquilas las dos.
2ª Parte: malentendidos y monolitos de piedra
Al dia siguiente de llegar a La Paz empezamos las visitas turísticas obligatorias: la primera parada serían las ruinas incas de Tiwanaco.
Ya que son un reclamo turístico importante, el acceso a las ruinas es muy sencillo. Del centro de La Paz salen minibuses cada hora, todas las mañanas, que te llevan hasta Tiwanaco. A las 9 de la mañana tomamos el que creíamos que era uno de esos minibuses rumbo a Tiwanaco. Digo "creiamos" porque me equivoqué al comprar los billetes y en realidad subimos a uno que iba a la población de Desaguadero, en la frontera con Perú. Nos dimos cuenta una hora y media más tarde cuando, al acercarnos al cartel que indicaba la entrada al complejo de las ruinas, el minibus pasó de largo en lugar de entrar. Mi madre y mi tia iban durmiendo, pero mi hermana y yo empezamos a gritarle al chofer, quien, tambien gritando, nos explicó el malentendido. Entonces comprendimos porqué eramos los únicos pasajeros de la flota con pinta de turistas.
Con una amabilidad inexplicable después de todos los improperios que le gritamos, el chofer habló por radio y nos resolvió el regreso hasta Tiwanaco con un colega, gratuitamente. Llegamos al sitio solo una hora más tarde de lo previsto.
La visita completa a Tiwanaco cuesta la módica cantidad de 10 Bs para los ciudadanos bolivianos y 10$ para los extranjeros (casi 8 veces más). Me hice el loco descaradamente para no enseñar mi DNI y poder pagar la tarifa nacional. Antes de ver las ruinas visitamos los museos del complejo. Fue adecuado, porque los guías te explicaban toda la simbología inca y te introducían en el modo de vida de los habitantes de Tiwanaco. Al más puro estilo europeo, estaba terminantemente prohibido sacar fotos en los museos.
De ahí fuimos a comer y por la tarde visitamos las ruinas. Las grandes atracciones son el templo de Kalasasaya y sobre todo la Inti Punku (Puerta del sol). La puerta está orientada de tal forma que en el solsticio de verano (24 de junio) el sol del ocaso pasa justo por el centro del pórtico. Por lo visto es bastante impresionante y mucha gente va a verlo. Yo personalmente esperaba que la puerta fuera más grande. Aún así me gustó mucho la visita.
Como veo que me estoy estirando mucho, voy a partir el articulo por la mitad. En la tercera y cuarta parte os contaré el viaje al Lago Titikaka y alguna cosilla más de la ciudad de La Paz. Hasta pronto!
Este viaje estaba planteado desde 2004. En La Paz vive mi tia Simona, hermana de mi madre; hace como 10 años que no se ven y mi madre estaba deseando ir a visitarla. La acompañamos mi hermana Roxana y yo.
La Paz es la capital oficiosa de Bolivia (la capital oficial es Sucre) y la segunda ciudad más grande del pais. Se encuentra en un valle volcánico de la cordillera andina, a más de 3800m de altitud, y cerca de la frontera con Perú. Para llegar hasta allí afrontamos un viaje de más de 15 horas por tierra (en avión se tarda media hora, pero no nos llegaba el presupuesto).
1ª Parte: atravesando el pais
La manera más comoda de hacer un viaje tan largo por carretera es un bus cama. La gente que no tiene mucho dinero se va en autobuses normales o incluso en camiones cerrados, sentados en el suelo (que valor). El nuestro salía de noche, de manera que pasamos la mayor parte del trayecto durmiendo. Lo primero que hacen todos los pasajeros cuando suben a la flota es quitarse los zapatos: tantas horas sentado hacen que la circulación de las piernas se resienta y los pies se te hinchan dolorosamente. El asistente de viaje decidió contribuir a nuestro dolor con una pelicula espantosamente mala.
Despertamos a las 6 de la mañana y ya habíamos llegado a la región altiplánica. Paramos para desayunar en una población llamada Caracollo. El choque cultural empezó allí, porque la gente del altiplano no desayuna café, té, bollería ni nada parecido, toman una comida completa. Así que desayunamos lo único que encontramos en el pueblo: un plato de sopa de carne de cerdo con maiz y perejil, picante y muy buena pero que nos sentó como una patada en el higado.
Antes de continuar me parece oportuno explicar un poco la situación sociológica boliviana: en Bolivia la población se divide en dos grupos étnicos muy diferentes, los cambas (habitantes del valle oriental, descendientes del mestizaje criollo con los colonizadores españoles. Mi madre es camba) y los collas (que viven en el altiplano andino y son indigenas casi puros). Las dos razas mantienen una rivalidad muy dura que proviene de la época de la colonia. Durante el último siglo, las dificiles condiciones de vida de Los Andes han provocado que una gran parte del campesinado colla haya migrado a los valles en busca de una mejor vida. Lo que podría haber generado una diaspora interesantisima y un acercamiento de las dos etnias casi deriva en guerra civil porque los grupos campesinos collas ocuparon terrenos orientales por la fuerza, expulsando a los habitantes e incendiando reservas forestales y parques naturales. Durante los años 80 y 90 la situación se calmó pero los conflictos han vuelto a empeorar con la subida a la presidencia en 2006 de Evo Morales, sindicalista indigena.
Basta de politica y a lo nuestro. Desde Caracollo a La Paz estuvimos "solo" cuatro horas más en la carretera. El paisaje del altiplano hace honor a su nombre: llano y muy frio. Las pocas poblaciones que atravesamos parecían medio desiertas y la pobreza era patente. En la ciudad de El Alto, en las inmediaciones de La Paz pude tomar esta imagen tan sui generis de dos indigenas andinos. Entrando a La Paz desde El Alto el valle volcánico se ve perfectamente y la perspectiva es espectacular.
En la terminal de autobuses nos recogió mi primo Mario acompañado de mi tia Simona. Yo pensaba que su reencuentro con mi madre sería muy emotivo pero estaban muy tranquilas las dos.
2ª Parte: malentendidos y monolitos de piedra
Al dia siguiente de llegar a La Paz empezamos las visitas turísticas obligatorias: la primera parada serían las ruinas incas de Tiwanaco.
Ya que son un reclamo turístico importante, el acceso a las ruinas es muy sencillo. Del centro de La Paz salen minibuses cada hora, todas las mañanas, que te llevan hasta Tiwanaco. A las 9 de la mañana tomamos el que creíamos que era uno de esos minibuses rumbo a Tiwanaco. Digo "creiamos" porque me equivoqué al comprar los billetes y en realidad subimos a uno que iba a la población de Desaguadero, en la frontera con Perú. Nos dimos cuenta una hora y media más tarde cuando, al acercarnos al cartel que indicaba la entrada al complejo de las ruinas, el minibus pasó de largo en lugar de entrar. Mi madre y mi tia iban durmiendo, pero mi hermana y yo empezamos a gritarle al chofer, quien, tambien gritando, nos explicó el malentendido. Entonces comprendimos porqué eramos los únicos pasajeros de la flota con pinta de turistas.
Con una amabilidad inexplicable después de todos los improperios que le gritamos, el chofer habló por radio y nos resolvió el regreso hasta Tiwanaco con un colega, gratuitamente. Llegamos al sitio solo una hora más tarde de lo previsto.
La visita completa a Tiwanaco cuesta la módica cantidad de 10 Bs para los ciudadanos bolivianos y 10$ para los extranjeros (casi 8 veces más). Me hice el loco descaradamente para no enseñar mi DNI y poder pagar la tarifa nacional. Antes de ver las ruinas visitamos los museos del complejo. Fue adecuado, porque los guías te explicaban toda la simbología inca y te introducían en el modo de vida de los habitantes de Tiwanaco. Al más puro estilo europeo, estaba terminantemente prohibido sacar fotos en los museos.
De ahí fuimos a comer y por la tarde visitamos las ruinas. Las grandes atracciones son el templo de Kalasasaya y sobre todo la Inti Punku (Puerta del sol). La puerta está orientada de tal forma que en el solsticio de verano (24 de junio) el sol del ocaso pasa justo por el centro del pórtico. Por lo visto es bastante impresionante y mucha gente va a verlo. Yo personalmente esperaba que la puerta fuera más grande. Aún así me gustó mucho la visita.
Como veo que me estoy estirando mucho, voy a partir el articulo por la mitad. En la tercera y cuarta parte os contaré el viaje al Lago Titikaka y alguna cosilla más de la ciudad de La Paz. Hasta pronto!
A ver si cuando vienes me pasas el reportaje fotográfico, que debe de ser enorme e impresionante. Aprovecha lo que te queda de vacaciones y disfruta de todo esto, que cuando vuelvas te esperan cálculos matriciales!! :O···
Bueno, y quiero ver ya el reportaje del Titikaka, que para mí siempre ha sido un palabro de gran referencia!